Sue Lion's photostream on Flickr.
Bueno, después de un largo conflicto de relacionar el maquillaje de mi mamá con su muerte, por fin veo una salida. Estas son las primeras fotos que hago en donde siento que hay un seguimiento, por un lado, se ve a esta persona que no es la figura maternal que existió, sino una concentración de tres momentos. Por un lado, está el recuerdo de mujer/ madre, después, está la transición al cuerpo inerte y por último, yo y el presente, por así decirlo.
Desde mi acción de arreglarme para las fotografías, siento una cercanía a lo que creo que se ha convertido la imagen de mi mamá, ha decir verdad, me perturba el resultado que veo porque sigo abordándola desde los ojos de una hija, aunque me funciona en la realidad, me refiero a que se convierte en lo que es: un ser que está muerto y a la vez vivo...
En el momento de la sesión fotográfica, pensaba en varias cosas. La primera me recordó al estudio fotográfico que mi papá tenía, en el cuál colgaba una gran tela atrás del fotografiado; la segunda es que para practicar, él nos usaba a mi mamá y a mi como modelos y se podría decir que ese era nuestro momento familiar/ Kodak/. La verdad es que me gustaba la atención, sentir el calor de las lámparas y tratar de imitar a las modelos de moda. Por último, recuerdo que las poses no eran de una Vogue actual, más bien, a mi papá le encantaban esas poses de María Felix y casi todo el repertorio de Gabriel Figueroa (http://www.gabrielfigueroa.net/).
Así que para mí, aparte de que son las primeras fotos en las que siento que avanzo en mi trabajo, me causan nostalgia de la buena, así como José José.